¿Salud para pobres y salud para ricos?
Director Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud
“Las reformas sociales y de salud que se deberán efectuar para que Colombia progrese hacia un desarrollo más solidario y equitativo, no podrán estar lideradas por el objetivo de algunos dirigentes políticos de conseguir unos votos y poderes transitorios, sino por criterios técnicos y consensos sociales ante la necesidad de superar las debilidades en las estructuras de protección social del país que se hicieron más evidentes con esta epidemia”
Traemos esta frase que hemos escrito un par de veces desde esta columna en los últimos tres años y la recordamos ante el borrador del modelo de salud predictivo y preventivo que presentó el gobierno nacional en días pasados en Aracataca.
La atención primaria (APS) no es una novedad en los sistemas de salud. Como sabemos, su historia se remonta a la declaración de Alma Ata en 1978 que se actualizó en Astana en el año 2018. Muchos sistemas de salud se basan en ella como puerta de entrada a las prestaciones del sistema de salud y como instrumento integrador entre la salud individual y la colectiva. En unos funciona bien, en otros no tanto.
A pesar de los esfuerzos en esta materia, la consolidación de la APS en Colombia no se ha dado plenamente, como lo señaló la evaluación cuantitativa y cualitativa, muy exhaustiva, que fue realizada en nuestro país por el Banco Mundial (BM) y publicada en diciembre del año 2020.
La recomendación esencial del BM es la de “Implementar un nuevo modelo de atención centrado en la APS, que ofrezca un paquete exhaustivo de servicios y refleje las necesidades de salud de la población”. El BM señala que se requiere adaptar el modelo de atención “a las necesidades locales de salud con un lente de salud poblacional” y sugiere “incrementar la autonomía de prestación y el desarrollo de prioridades a nivel local” y “mejorar el desempeño del sistema de salud pública”. Plantea “Preparar a la próxima generación de técnicos y profesionales de la salud en APS para trabajar en equipos multidisciplinarios” y recomienda “Utilizar la APS como estrategia para reducir inequidades en salud”, que defina a ésta con el paradigma del bienestar.
Con otras palabras, el informe del BM y el borrador presentado por el gobierno nacional sobre el modelo predictivo y preventivo, coinciden en el objetivo de implementar un modelo resolutivo en el nivel de baja complejidad para mejorar la oportunidad en el acceso de los servicios y la salud pública de la población en especial en las regiones rurales y rurales dispersas; algo que en el sector se viene discutiendo desde hace un buen tiempo. La diferencia radica en que el informe del BM no menciona la necesidad de erradicar el modelo de aseguramiento en salud que existe, mientras que el gobierno nacional señaló primero su eliminación y en la última semana el presidente de la República modificó el planteamiento por una posible estratificación en la cual las aseguradoras de hoy se transformen: “las EPS hoy se pueden convertir en redes” dijo, y agregó “Primero en pólizas de seguros voluntarios para clases medias, libres eso no lo vamos a impedir, pueden ser redes de IPS que es como se denomina al hospital que el Estado puede pagar servicios y ayudar a financiarlas”
Estas frases no se entienden. ¿Se propone establecer un doble sistema? ¿Uno estatizado y asistencialista para las zonas rurales y las poblaciones vulnerables y el otro de aseguramiento para las clases medias y altas? ¿No terminaría esta propuesta con un incremento del gasto privado y el aumento de la inequidad y la insolidaridad? ¿No sería esto un profundo retroceso ante lo que se ha logrado?
La propuesta gubernamental puede basarse en buenas intenciones a partir de un diagnóstico que busca mejorar la oportunidad en el acceso a los servicios, que es el gran reto hoy. Sin embargo, no es clara la manera cómo se desarrollaría; tampoco su pertinencia.
¿Cómo se integraría el modelo predictivo y preventivo con el sistema general de salud? ¿Con cuántos recursos financieros se financiaría y de dónde provendrían? ¿Con cuál recurso humano se contaría para conformar los equipos multidisciplinarios? ¿Cómo se avanzaría en la homogenización de la calidad que requiere el sistema? ¿Tienen las entidades territoriales las capacidades para asumir el reto? ¿Qué ocurrió con el MIAS/MAITE que se orientaba en la misma dirección de la APS? ¿Por qué no se aprovechan las experiencias positivas que existen y se construye sobre ellas? ¿La gestión de riesgos en salud sería para unas personas y para otras no?