La foto y la película (9)
Director Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud
Al comparar diversos sistemas de salud, parece que los retos que enfrentan no se solucionan: evolucionan. Las sociedades cambian. No es igual la sociedad colombiana de hoy, a la de hace quince o treinta años. Las poblaciones envejecen, migran, se desplazan; se congregan en grandes centros urbanos que muchas veces no tienen las planeaciones adecuadas. La tecnología en salud se desarrolla a pasos acelerados y la autonomía médica, así como las decisiones judiciales, influyen de manera determinante en el devenir del sector salud. Alteramos los ecosistemas. Las enfermedades aparecen, desaparecen y regresan.
Todos esos factores presionan los sistemas de salud y generan tensiones entre las necesidades de las sociedades que progresan y los recursos de todo tipo que parecerían venir siempre rezagados. Pero a la vez, esos factores generan oportunidades para evolucionar y crecer, así como para ser más efectivos y eficientes; siempre con el objetivo superior de mantener a toda la población saludable, productiva y con bienestar.
Esos elementos van paralelos a la necesidad de comprender la salud de una manera más singular en su protección y atención, pero a la vez más colectiva en el desarrollo de las capacidades para mitigar los riesgos que nos incumben a todos. Vivimos la cuarta revolución industrial y la transformación digital nos llevará a una salud comprendida en un entorno de omnicanalidad. Las nuevas tecnologías de la comunicación, la inteligencia artificial, la big data y los desarrollos que vengan en estas materias apuntan en esa dirección.
Las personas y las comunidades requerimos apropiarnos de la salud como nuestro activo más preciado. La salud y el bienestar se hallan en nuestra vida cotidiana y no en el hospital, la bata blanca y el fonedoscopio; en estos se encuentran el diagnóstico y los tratamientos para recuperarnos de la enfermedad. La salud es de todos y la medicina es de lo médicos, como bien se ha dicho.
Los últimos 30 años han traído avances innegables en el mandato constitucional de universalidad, solidaridad y eficiencia para nuestro sistema de salud. Lo hemos reseñado en esta serie de artículos titulada La foto y la película. También hemos señalado retos que aún nos quedan por delante que necesitamos atender en el marco de las transformaciones que nuestra sociedad ha tenido y que seguramente tendrá hacia adelante.
Los cambios que introduzcamos a la operación de nuestro sistema de salud no pueden ser semejantes a la movilidad de grandes y populosas ciudades, que tiene que empeorar con las intervenciones de hoy, a ver si en un futuro mejora. No, las reformas para nuestro sector salud no pueden convertirse en un salto al vacío que desconozca y desaparezca la institucionalidad que hemos construido con tanto esfuerzo durante las pasadas tres décadas, con la expectativa que, tal vez, quizá, en quién sabe cuántas décadas, un modelo estatizado nos resuelva los retos que hoy tenemos. Tampoco pueden ser un retroceso a épocas ya superadas en las que prevalecía la falta de protección financiera ante la enfermedad e imperaba la ausencia de servicios de salud para una mayoría, mientras que una minoría satisfacía todas sus necesidades y la ineficiencia del sistema se aparejaba con los incentivos perversos en la operación fragmentada de los subsistemas de salud que sobrevivían desordenados.
Las transformaciones que se vayan a aplicar no parten de cero, por eso no pueden regresar al día primero de la Creación. El sistema requiere evolucionar desde el punto en el que se encuentra hoy, hacia mayores estándares de equidad, acceso y calidad; hacia un mayor disfrute para la población de su derecho fundamental a una vida sana.
En los últimos años se han propuesto recomendaciones sobre las modificaciones para avanzar en esa dirección. La academia y los gremios han hecho planteamientos. Este centro de pensamiento Así Vamos en Salud también los ha formulado a partir de un trabajo realizado hace dos años con 60 expertos sociales y de salud, junto a un número igual de líderes sociales de diferentes orígenes y regiones del país.
Existen muchas coincidencias y acuerdos entre esas recomendaciones para que el sistema de salud sea más equitativo, efectivo y eficiente. No plantean la tierra arrasada y en los cambios sugeridos se encuentran objetivos, estrategias y acciones que nos pueden facilitar los diálogos para los avances conjuntos. En esas propuestas hay una ruta para la concertación y para que la foto que vemos hoy de nuestro sistema de salud mejore y la película de su desarrollo progrese en su evolución.