Editorial: un sistema desfinanciado (3)
Director Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud
Recuperar la confianza es lo primero que debemos lograr para avanzar en las soluciones a los retos y dificultades que enfrentamos en el país. Así lo señaló en declaraciones del fin semana pasado el presidente del Congreso de la República. Dijo también, que recuperar esa confianza, necesitaba la condición mínima del respeto.
Creemos que en el sistema de salud se refleja esa misma necesidad planteada para el país. Tramitar las diferencias que existen requiere de un mínimo de transparencia, sinceridad y respeto entre los distintos agentes que lo conforman. Por eso no es bueno lo que ocurrió la semana anterior cuando el ministro de Salud, en declaraciones a varios medios de comunicación, afirmó que habían llegado a acuerdos con EPS y asociaciones de pacientes, con respecto al texto de la reforma al sistema de salud que se halla estancada en la Cámara de Representantes. Rápidamente los representantes de las asociaciones mayoritarias y más reconocidas de esos agentes principales del sector, indicaron que eso no era cierto y que no se podían interpretar como acuerdos las reuniones en las cuales solamente se habían presentado las posiciones y expuesto los argumentos de las partes. Esta realidad presentada por esas asociaciones no es nueva; la mayoría del sector salud se ha visto excluída de las discusiones para la definición y el debate sobre la reforma.
Ese tipo de “juegos de poder” no es lo que necesitamos para recuperar la confianza que nos permita avanzar en los ajustes que el sistema de salud requiere. Este se encuentra desfinanciado, como lo hemos presentado en los dos últimos escritos desde este espacio, a partir del estudio publicado por Así Vamos en Salud a principios del presente mes. Las razones de su desfinanciamiento tienen que ser compartidas por todos de manera transparente. Ese es el primer paso: sincerarnos, hablar con franqueza y claridad sobre la situación financiera del sector y las razones técnicas y de polìtica pública que explican el desfinanciamiento del mismo. De lo contrario, las soluciones no vendrán o lo harán a “cuentagotas” y con una creciente desconfianza.
A lo largo del último año, esa mayoría de los agentes del sistema de salud ha solicitado al gobierno nacional el diálogo basado en el respeto mutuo y la transparencia -y por supuesto sustentado en la evidencia- que nos permita llegar a los acuerdos que nuestro sistema de salud realmente necesita. Esa es la razón por la cual, la mencionada mayoría, se ha encontrado en el Pacto por un Mejor Sistema de Salud desde donde se ha expresado de diferentes maneras nuestra voluntad para lograr el diálogo y avanzar; porque se requiere, y porque la propuesta presentada por el gobierno al Congreso no soluciona los retos y las dificultades que tenemos en el sistema.
No se ha encontrado todavía la receptividad por parte del gobierno nacional para establecer la conversación pertinente, a pesar de su llamado general a establecer un Pacto Nacional. Es claro que persiste una desconfianza grande entre las partes, que se puede acrecentar con esa “jugadita” como la de la semana pasada, la cual no es nueva porque ya se han tenido movidas semejantes a lo largo del último año. La situación es compleja y debemos asumirla con seriedad.
En el editorial pasado se presentaron los principales números que muestran las condiciones por las que atraviesa el desfinanciamiento del sistema de salud. Como ya lo hemos mencionado, las cifras provienen de fuentes oficiales (la ADRES y la Superintendencia de Salud) y el análisis, la evaluación y las conclusiones son de Así Vamos en Salud con un grupo de expertos. Se encuentran a disposición de todos, de manera abierta. No puede ser de otra forma.
Desde este espacio volvemos a insistir en el llamado al gobierno nacional y a los agentes del sistema de salud para que revisemos la evidencia sobre esta información financiera, y sobre los demás indicadores oficiales de la salud en Colombia, y establezcamos los canales de diálogo que nos conduzcan a los acuerdos que requerimos. El gobierno nacional tiene la responsabilidad primaria de liderar el diálogo y de conducir el sector hacia la recuperación de la confianza. Sin esta última será muy difícil realizar los cambios que necesitamos.