Editorial: estancamiento y retroceso
Augusto Galán Sarmiento MD. MPA
Director Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud
Un amigo cercano decía hace unos días “En este país pasa de todo, pero al final no pasa nada; seguimos igual”. No deja de tener razón esta afirmación, porque lo que vemos es que nos mantenemos estancados. El sector salud puede dar fe de la validez de esa reflexión. Miremos.
Desde agosto de 2022 el Gobierno Nacional empezó a estimular una discusión en redes digitales y medios de comunicación, sobre una propuesta de reforma al Sistema de Salud que fue al final radicada a la carrera en febrero de 2023, con muchos vacíos y errores en su concepción, y en su trámite, en el marco de unas sesiones extraordinarias a las que fue convocado el Congreso. Después de la pérdida de gobernabilidad del Ejecutivo, de modificaciones cosméticas y de la falta de una verdadera participación ciudadana en su proyección y discusiones, el proyecto de ley se encuentra aún en la Cámara de Representantes y su futuro se mantiene incierto.
El 29 de junio de 2023, en medio de un escándalo público por posibles actos de corrupción y de abuso de poder, -que compromete al entorno familiar y al círculo más cercano del presidente de la República- el Gobierno Nacional decidió expedir un decreto de declaratoria de emergencia social para la Guajira, sustentado en la hipótesis de que el país puede padecer este año el más fuerte fenómeno de El Niño en la historia. El decreto de declaratoria se acompañó de un decreto que desarrolla en la Guajira el modelo de sistema de salud propuesto por el Gobierno Nacional en el proyecto de ley.
En el último reporte de la Comisión Colombiana del Océano en agosto, sobre el tema se lee que “En la reseña del 19 de julio de 2023, el IRI informa que las condiciones de El Niño previamente débiles en el Pacífico ecuatorial centro-oriental se han fortalecido gradualmente a un El Niño de débil a moderado. Las variables oceánicas y atmosféricas clave son consistentes con El Niño débil, aunque las variables atmosféricas, particularmente el IOS, se encuentran actualmente en el rango ENSO-neutral”.
Al hablar con los lugareños sobre la evolución de la presencia del Gobierno Nacional en la Guajira derivada de la declaratoria de emergencia social, lo que señalan esencialmente es que “por aquí vinieron, se echaron discursos, nos prometieron de todo, pero no ha pasado nada”. Además, las noticias periodísticas, en el momento en que se escribe este artículo, señalan la posibilidad de que la Corte Constitucional tumbe la declaratoria porque no es evidente el hecho sobreviniente y porque hubo una posible arbitrariedad del presidente para tomar la decisión. Todo está por verse.
De otra parte, a principios de agosto de este año se hizo pública la desfinanciación del sistema de salud, por problemas estructurales que no se han solucionado y que, por el contrario, se han agravado en los últimos 18 meses debido a la UPC insuficiente, además de la inflación, la devaluación, el incremento de la utilización de los servicios de salud, la caída en los recaudos de las cotizaciones al Régimen Contributivo y al SOAT, y las retenciones en los desembolsos de los pagos por presupuestos máximos. El Gobierno Nacional reaccionó a la defensiva, pero terminó por aceptar el establecimiento de mesas de trabajo con EPS para aclarar los estados financieros. Por el momento no se sabe nada del resultado de esas mesas y tampoco de cómo se va a solucionar la desfinanciación que se presenta para toda la cadena de valor del Sistema, desde las EPS, pasando por las IPS, hasta llegar a los trabajadores de la salud, con perjuicio para los usuarios y pacientes.
A finales de agosto la Superintendencia de Salud intervino Famisanar después de que en julio había sido la primera EPS que había tenido renovación de su habilitación de funcionamiento por 5 años. Confuso el mensaje; delicado para los más de 3 millones de afiliados de esa EPS. Muchos rumores circulan (de pasillo) sobre la intencionalidad por parte del Gobierno Nacional al tomar esa determinación. Tampoco le hacen bien al Sistema
El resultado de todo esto para el sector salud es una inercia con tendencia al deterioro. Se ha advertido la incertidumbre y continúa. Nuestro amigo parece tener mucha razón: pasa de todo, pero al final nada ocurre; no se analizan con profundidad los problemas, no se escucha y tampoco se atiende, no hay voluntad de negociación para consensuar los mejores cambios para el sistema, no se toman decisiones, la gerencia está ausente.
Claro, nos escuchamos repetitivos en los argumentos, es cierto; pero es que estamos estancados y eso ya es un retroceso.